domingo, 8 de abril de 2012

Ni muletas ni engaños.


Avanzamos a tientas y dudamos 

si esto que se parece a la alegría 

es sólo la señal definitiva 

de que hemos vuelto a equivocarnos.


Amalia Bautista.




Ni muletas ni (auto)engaños.


El agua y el aceite no ligan
por mucho que remuevas.


Los disfraces no son más
que meros obstáculos
en mi propia realidad
y empeñarnos en coger un tren
que no llega 
es seguir engañándonos.


A veces ni siquiera los acentos
acentúan,
a lo más equivocan un alfabeto mudo
del que soy la prisionera.
Ya apenas nadie estudia "lenguas muertas".


¿Para qué la terapia y las drogas?


Volví a sentir como mis tripas
eran pasto de la máquina
que pica carne,
volví a sentir como minúsculos cristales
se rompían en mi boca
y un escalofrío abismal
recorrió mi cuerpo.


No quiero ni muletas ni (auto)engaños.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

deja tu migaja