su hueco
en el agujero
mis bolas oculares,
poco a poco
siento el fuego
que antecede
al parpadeo
para evitar
que llore,
pero no puedo
evitarlo:
la lágrima se precipita
al vacío
de esta noche
fin de día,
de semana,
de año
y a latigazos
cabalga
hasta el sueño.
(Propondría botas de agua
para no mojaros los pies)