¡Qué oportuna!
Cada vez que me lanzo a la piscina
o al menos miro el agua
desde el trampolín
me asustas con tu semipresencia.
Pareces observarme
tras la mirilla de mi cráneo
y actuar premeditadamente
para quitar el tapón
y vaciarme.
¿Cómo avanzar,
aún a paso lento?
¿Cómo deshacerte
de mis tripas?
¡Qué oportuna
maldita cobarde!
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