Por si enciendes
el pecado
sólo digo
ten cuidado,
la carne es débil
y el corazón hambriento.
Tan ilícito
es el juego
de tus manos
que denuncio
en impotencia
mi impaciencia,
por si enciendes
el pecado
solo digo
ten cuidado.
Que el calor abruma
y las ganas enloquecen.
muy buen poema, me gusta
ResponderEliminarme quedé prendada al leerlo :-)
ResponderEliminarJudit ante todo gracias por leer :*
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