martes, 1 de mayo de 2012

Y no morderme la lengua...

Hay días que parecen domingos sin serlo,
pero en la calle abunda el silencio y faltan transeúntes.
Hoy hay brillo y he podido ver desde el balcón
la silueta de su mausoleo.

Hoy hay más dudas de las de costumbre,
o al menos más que de un tiempo a esta parte,
incluso viendo en la tele una de cárceles
he empezado a plantearme preguntas trascendentales
como lo de la finalidad de la privación de libertad humana
o lo de la funcionalidad de los centros mentales.
Lo de andar como perra en celo quizás otro domingo.

Necesidades y responsabilidades juntas de la mano.

Bien sabemos que obligarse a algo no es bueno
y menos viniendo de donde venimos,
así que figúrate si le añadimos que tampoco
sabemos ni por asomo a dónde vamos.
Mejor quedarnos como estamos,
en un domingo que no es domingo,
en el silencio eterno que flota en el ambiente,
y en las medio verdades que callamos
para no herir al prójimo aunque nos las demos
de persona megasincera.

Comprender que si jugamos
podemos ganar igual que podemos perder,
aunque no me convence la frase esa de
"quien no arriesga no gana",
prefiero pasar desapercibida como siempre
desde hace treinta y un años,
y no morderme la lengua mientras otros
me comen la entrepierna.

2 comentarios:

  1. me encantan los días que no son domingos y que lo parecen sobretodo si no hay ruido en las calles, si hace un sol de escándalo que te recarga el cuerpo de vitaminas, si no hace viento, si sólo pasan un par de almas a lo lejos, si escuchas el eco de tus pasos, cuando comienzas a escuchar a las cigarras por ejemplo, como si la ciudad fuera tuya. Los días 15 a 30 de agosto por ejemplo son mis favoritos.

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  2. Soy un huesped anónimo que disfruta de tus versos...

    bsos

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