martes, 17 de mayo de 2011

Pío, pío.

Pío y pío.
Lo bueno si breve
dos veces bueno...
aunque a veces...
suponga que una 
deba dejarse avasallar
por la corriente de la selva,
cruzar sin liana por sus calles,
corriendo como para pasar
desapercibida
en busca de una calma
imposible,
es una gran urbe.
Después llegas y
no te va el mechero, 
la puta piedra que no gira
o ¿es que hace huelga?
Al final entras,
te saludan de repente,
orinas,
buscas tu butaca
y simplemente escuchas.
Tardes de martes...
Y el parquímetro
se traga el sueldo
de tu triste día de trabajo.
Mañana si Dios quiere más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

deja tu migaja