viernes, 30 de diciembre de 2011

El ardor busca
su hueco
en el agujero
cóncavo que alberga
mis bolas oculares,
poco a poco
siento el fuego
que antecede
al parpadeo
para evitar 
que llore,

pero no puedo
evitarlo:

la lágrima se precipita
al vacío 
de esta noche
fin de día,
de semana,
de año
y a latigazos
cabalga 
hasta el sueño.

(Propondría botas de agua
para no mojaros los pies)

1 comentario:

  1. Precioso poema Marce, como todos los tuyos un poco triste.... pero hermoso.

    Espero que este nuevo año que acabamos de comenzar, te depare todo lo mejor... amor... amor... y amor.. bueno tambien trabajo.

    Muchos besos guapa

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