Pasar de un segundo plano,
ya no digo ni siquiera de un primero,
a un lugar inexistente
a un vacío,
a ser un cero tras la coma
que se convirtió en muleta.
Pasar de crisálida
a pura polilla
reconcomiéndose a sí misma.
(A veces un silencio
dice más que mil palabras
y cuando no hay nada que decir
más vale callar)
Era cuestión de calor
que se deshiciera
la mentira de barro,
pero seguiré intentándolo.
Siempre adelante, ¿qué remedio si el tiempo empuja?
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