Momentos de plenitud.
De escapar de la jaula del cuerpo
y de la cárcel del pensamiento.
Ser toda alma.
Abandonar el pasado,
deshacer las malas experiencias
y los recuerdos inútiles
y proyectarme únicamente
en el aquí y ahora,
desnuda,
sin trampa ni cartón.
Fluir con la vida,
con la respiración,
con el latido inequívoco
del corazón.
Y despertar habiendo
mudado la piel y
resquebrajado el cascarón
para lanzar al aire
la posibilidad.
Perdonarme.
Aceptarme.
Sensación de pureza,
claridad,
tranquilidad
y yo soy la responsable.
se respira positivismo en esas letras :)
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