Hay simples comentarios que te llegan hondo, aunque ya sabías de su razón, lo que pasa que hay días, rachas, épocas en las que quizás te afectan más.
Cosas como lo de "aprovecha el tiempo, que la vida son dos días" o "un día te levantas y paseando por la calle te cae una maceta en la cabeza y..." Así de simple.
Otra vez llevo días pensando mucho más de lo que me gustaría en aquella persona. Hay simples recuerdos, señales que envía el destino para no poder borrarla de mi mente, pero que me maltratan como si de una tortura malaya se tratase. Por un lado ¿qué hay de malo en seguir viviendo con una presencia fantasma alrededor? Por otro: "así no avanzas".
La distancia no hace ni el olvido ni el perdón. Éste último se queda en el camino aunque no se sepa cómo. Un día te levantas y ya no piensas tanto en ello como creías cuando te rajaron con un simple movimiento de mandíbula y se bebieron el poco positivismo que habías logrado meter en el saco. Tampoco importa si el vaso está medio lleno o medio vacío, cada cual tiene su propia perspectiva adecuada a su retina.
Creer que hay gente que está y estará siempre es de ilusos. Sólo hay una especie de personas, y está en extinción, que siempre, al menos en mi caso, sí estará. El problema es qué pasará en el futuro. "Es ley de vida" y por eso me rayo mucho.
Enlazando puntadas es de suponer que se piense que la soledad es la única compañera de viaje. Y no vale la necesidad de abrazos, de miradas cómplices, de un simple sentir la respiración de otro cuando no puedes dormir por lo que sea... no vale cogerse a un clavo ardiendo como para seguir al rebaño del que te dicen eres miembro, porque no lo eres. No vale maldecirse ni aceptarlo. No vale nada.
No vale conformarse y hacer como si no pasara nada, porque pasa que a veces cuando quieres hablar es como si por la boca se te metiera una serpiente que se enredara a tus cuerdas vocales y te asfixiara hasta dejarte muda. Muchas veces las cosas que dices no tienen sentido.
No vale que un día te sientas grande porque en una milésima de segundo se nos recuerda que no somos absolutamente nada. Sólo polvo.
Jode ser tan ingenua como para creer que algunos sueños se pueden hacen realidad. Yo simplemente espero lo corriente aunque para muchos signifique no tener aspiraciones o ser una persona simple.
He disfrutado del olor del mar, del verde grisáceo de un olivar, del frío en los huesos, del silencio y de una mano agarrando fuerte mi mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
deja tu migaja