De detalles y pequeños gestos
está mi mundo lleno,
aunque nadie los distinga,
nadie los entienda
ni nadie los vaporee.
De necesidades justas y necesarias
para con mi tranquilidad de agua agitada,
en continuo movimiento,
sólo entiendo yo.
¿De qué sirve esperar algo
que sabes que no llega?
¿Por qué esperar una luz que
en lugar de alumbrar
deja a oscuras con su rayo y trueno
la totalidad de mi vista?
Muy a menudo la luz interna
que nos guía se funde
y vagar perdido,
sin rumbo,
sin horizonte
es más normal de lo que pensamos.
He pensado en el pasado,
en hace dos años,
cuando su luz se apagó.
En hace un año
cuando tú me dejaste
completamente a oscuras.
En hace un mes.
En hace una semana.
En hace un minuto exactamente.
Todo sigue igual.
El hecho de esperar - ya lo dicen-
es ineludiblemente absurdo,
¿peras al olmo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
deja tu migaja